Foto Etxeberria es una empresa familiar que lleva 81 años ofreciendo sus servicios en la comarca del Bidasoa.
El aitona Jesús Etxeberria se hizo fotógrafo después de trabajar en una fábrica de lejías y en una farmacia, en un tiempo en el que había que tener conocimientos de química.
Él fabricaba con su propia fórmula el revelado, utilizaba magnesio para dar el fogonazo de lo que luego se llamaría Flash, y pasaba de contrabando papel y película en tiempos de carestía.
De esa época son las fotos diminutas (había que ahorrar papel porque no había y una hoja 10x15 se cortaba en 4 pedazos).
Foto Etxeberria también llevaba la corresponsalía de El Diario Vasco en su Edición Frontera.
Después llegó al negocio el hijo Jesús Mari Etxeberria, con más visión y ganas de asociarse y hacer crecer la profesión.
Las bodas todavía eran en latín pero las cámaras automáticas y los primeros flashes ya estaban llegando. Aquí empieza la expansión del país, la llegada del color, la multiplicación de formatos y de nuevos caminos.
Los fotógrafos entonces eran, además de artesanos o artistas unos notarios: presenciaban todos los acontecimientos familiares sociales y dejaban constancia de ellos: nacimientos, bautizos, comuniones, bodas, muertes, fiestas, sucesos ... el fotógrafo conocía, como los médicos, a toda la familia, era un testigo de la vida de la ciudad.
De la calle Fermín Calbetón, pasamos a Plaza Etxeandia.
Son finales de los 80 y ya van quedando lejos los tiempos de las lentes y el pincel. Aunque se sigue retocando como antaño mientras se incorporan las nuevas técnicas.
En 2000, el nieto Mikel Etxeberria, asume la empresa familiar en pleno cambio de era: llega la fotografía digital, la globalización, los cambios culturales vinculados a la imagen.
Todo el mundo hace fotos, hay una inflación de imágenes, pero sigue siendo necesario ese rol de testigo que deja constancia de las alegrías y de las penas de la ciudad.
El reto es grande: mantener el caracter artesanal, el conocimiento adquirido en tres generaciones y a la vez responder a las demandas actuales. Tradición y Modernidad le llaman.
Nos quedamos en Plaza Etxeandia, pero hemos cambiado el aspecto, más luz y más espacio.
Seguimos haciendo retratos y reportajes, vendemos productos relacionados con la imagen, la decoración y los recuerdos, fabricamos cosas hermosas, y sobre todo nos implicamos para buscar soluciones con las personas.
81 años de fotografías. De las placas de negativo a los archivos digitales. Millones de imágenes, pero siempre la misma emoción para capturar la luz de ese instante.
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